Otra que meaculpa

Síntesis Argumental Delfi está cumpliendo 32 años y padece de insomnio. Hace dos años que, contra la voluntad de su madre y parte de sus amigos, decidió cambiar su vida: dejó su rutina de bióloga en un laboratorio y su aburrido matrimonio con Víctor para dedicarse a la actuación en la compañía de Prassad, un carismático y soberbio director teatral que la hizo su amante. Convive con la coprotagonista de la obra, su lujuriosa y avara amiga Lola, quien vive obsesionada por su aspecto y el dinero. Ambas están ensayando una obra de Prassad que está a punto de estrenarse. Ese mundo que ella percibía como más libre y auténtico no ha disipado las dudas de Delfi ni sus sentimientos de culpa y muchas veces es su propio miedo personificado quien le dicta pensamientos y actos, como el de prestarse a un triángulo con Prassad y Lola que la vuelve aun más desconfiada y paranoica. Sus intentos de rebelión terminan con su expulsión de la compañía, un período de pasividad que comparte con sus perezosos peces y finalmente el regreso a su antigua vida que, por supuesto, resulta fallido para ella y con Víctor al borde del suicidio a causa de su injusta ira. Nuevamente arrepentida, Delfi vuelve a someterse a los designios de Prassad y Lola (quien, entre otras negligencias dejó morir a todos los peces y subalquiló uno de los cuartos del departamento) con arrebatos nunca escuchados y un creciente desequilibrio. La noche del estreno, sin embargo, se produce la revelación que necesitaba para volver a dormir plácidamente. Síntesis Conceptual Vivimos una época vacía, desorientada y "feliz". Los códigos del pasado ya no sirven para conocer nuestra ubicación en el mundo y carecemos de un criterio mínimo para distinguir lo que está "bien" de lo que está "mal". Algunos -como los peces en la obra- se relajan y se dejan llevar sin pretender influir sobre el estado de las cosas. Otros, como Delfi, buscan ese criterio aunque sea como un marco de contención frente al derrumbe general. Pensamos en los Pecados Capitales como un código cualquiera, un criterio "moral" que, sabemos, no es necesariamente el mejor ni el más justo ya que a lo largo de la historia ha dado lugar a frecuentes injusticias. La anécdota que exploramos se reduce a los pequeños pecadores cotidianos, en el caso, insertos en el "mundo del arte", habitualmente percibido como un espacio de mayor libertad en cuanto a mandatos sociales. Fraccionamos la historia en dos niveles: uno naturalista y cronológico en el que transcurre la vida de los personajes, y otro onírico-reflexivo en el que aquella cotidianeidad es analizada psicológicamente y evaluada científicamente. La parte onírica remite a planos mas abstractos (mentales y emocionales) de esa misma realidad planteada dentro del cubo. La reflexión se apoya en conceptos de la fisiología médica según la cual cualquier emoción (ira, miedo, paranoia, etc.) responde a síntomas orgánicos. Finalmente, la pecera de Delfi (habitada por peces-hombres que representan otra faceta de su inconsciente y con los cuales ella dialoga) sintetiza la idea de un mundo ideal que actúa como conexión entre los dos niveles anteriores. Por eso, la idea escénica rectora se basa en una estructura cúbica que contiene las escenas de realidad concreta, transformando a los personajes en especímenes de laboratorio. El cubo va rotando como un dado gigante sobre una retícula matemática tridimensional virtual, para crear la ilusión de que el ser humano es mensurable, objetivable y clasificable. Las escenas oníricas suceden fuera del cubo pero dentro de la retícula, apoyadas por proyecciones de imágenes, colores,texturas, textos, etc. MeaCulpa expresa el dilema entre valores y formas morales individuales en interrelación y conflicto. Los personajes muestran la existencia de realidades individuales diferentes. Por eso se hallan unificadas por este lenguaje universal, del que habla Mondrian, para mostrar que en definitiva todos están en una misma realidad, pero la vivencian internamente de distinto modo, condicionados por sus estructuras psíquicas. Las coreografías proponen una sinfonía audiovisual de coros, cánones y solos que se relacionan directamente con este concepto. El vestuario, despojado de color, unifica cromática y estilísticamente a los personajes. La iluminación, casi minimalista, apoya el concepto del blanco y sólo enfatiza con monocromías las escenas donde el color es necesario.
1 Histórico de funciones
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