La Colección

Esta obra escrita por el dramaturgo inglés ganador del Premio Nobel de Literatura 2005, gira en torno a la incomunicación cotidiana entre los seres humanos. Las dos parejas que protagonizan La colección, dirigida por el consagrado director y maestro Agustín Alezzo, no buscan la verdad, sino una respuesta tranquilizadora para continuar con el juego de apariencias típicamente pinteriano.

Considerada una de las obras principales de Harold Pinter, la comedia deja al desnudo los aspectos más hondamente arraigados en los vínculos entre las personas: la violencia encubierta por educados modales, la hipocresía, la mentira para ocultar nuestros actos más íntimos, los prejuicios sociales; y el ocultar los sentimientos y pensamientos reales como defensa personal ante la posible agresión externa, son algunos de los muchos aspectos con los que Pinter nos enfrenta.

La Colección es la incisiva mirada de uno de los escritores contemporáneos más representativos e influyentes de la segunda mitad del siglo XX, sobre nuestro mundo interior y las distintas estrategias que ponemos en juego para protegerlo.

Sinopsis

La colección es un drama que involucra a dos parejas vinculadas al negocio del diseño de modas. Harry y Bill, por un lado y James y Stella, por el otro se ven envueltos en un violento y amargo juego emocional, cargado de erotismo y tensión sexual, provocado por un hecho cuya veracidad es incierta.

Cada uno tiene un motivo para ocultar y pervertir la verdad sobre una supuesta infidelidad que puede o no haber tenido lugar durante un viaje a Leeds, para participar de un desfile de modas.

Cada uno es también un astuto manipulador en una lucha por el poder marcada por los celos y la rabia contenida.

La realidad del acontecimiento se hace cada vez más velada y su importancia se vuelve irrelevante, mientras se van desnudando las obsesiones y los oscuros motivos de cada uno.

Se hace evidente que estas dos parejas no buscan la verdad, sino apenas una respuesta tranquilizadora que les permita continuar con un juego de apariencias, donde la comunicación es apenas una impostura.