Guachinxs

El guacho corre, transpira y defiende la camiseta entre jueguitos que parecen inocentes, pero una palmadita al compañero o una mirada cómplice puede reinterpretarse. Entre la cumbia y el partido se descargan pulsiones, las ganas de estar con el otro. Esos impulsos retenidos en la calle pero que en la cancha salen a relucir en gambetas y festejos, sensibilidades y pasiones que solo en el potrero se permiten.
Este proceso se desarrolló dentro de la Universidad Nacional de San Martin.