Kollateralschaden

"Podría pararme en plena quinta avenida, dispararle a alguien y no perder ni un solo voto"

"¡Soy el mejor! ¡Soy el más grande de todos! ¡Los demás apestan y mienten!” Se puede creer que frases como éstas se reducen al mundo de un niño. Pero no. Se trata de tweets y citas de gobernadores y presidentes. Hombres ricos y blancos, ubicados en estratos políticos privilegiadísimos y que, a la vez, se asemejan a niños caprichosos, impredecibles y malcriados.
Figuras como las de Donald Trump o Silvio Berlusconi tienen llamativos puntos en común: exhiben un estilo político en el que se ve a las claras gestos y declaraciones antidemocráticos y antipluralistas. Si leemos el espíritu de sus campañas (que se podría resumir en el hipotético slogan “Nosotros somos el pueblo”) es tentador inferir una segunda lectura, que cifraría: “Nosotros y solamente nosotros somos el pueblo”. Estos cuadros políticos coinciden de manera alarmante con la figura de Trump, que nos recuerda al rol del jefe de una empresa que elije y condena, que deja ganar o perder, que recompensa o castiga y que muestra los humores y los sentimientos de un comediante; o con la de Berlusconi, cuyo esfuerzo por preservar el poder lo impulsaba sistemáticamente a hacer uso del aparato estadal y de los atajos burocráticos para exigir a sus conciudadanos una lealtad absoluta, tal como lo hacen los reyes.
KOLLATERALSCHADEN es una instalación audiovisual, de la cual surgen las siguientes preguntas: ¿qué pasaría si un niño, cuya proyección en el mundo se reduce a una cosmogonía tan elemental, gobernara nuestras vidas? ¿Se genera en este campo de tensión alguna lógica, o esa lógica ya existe cuando un niño de 8 años nos dice que “su verdadera belleza es su riqueza”?

Autora: Martina Greiner
Asistente: Mateo de Urquiza
Edición de video y sonido: Federico Shmidt
Diseño espacial: Sofía Etcheverry
Traducción: Cintia Hernández
Producción: Martina Greiner, Sofía Etcheverry, Mateo de Urquiza
Coproducción: Compañía de Espectáculos Concertados