¿A qué jugamos?

Liliana González, su directora, ha expresado: "La obsesion de Federico por la verdad,desencadena el lamentable juego del 'fin del mundo'. Hasta que, por fin, la verdad llega a cada uno de ellos. La traicion, la deslealtad y el engaño -de los cuales resultan victimas y victimarios al mismo tiempo- dan paso a una desenfrenada violencia, que termina destruyendo sus propios destinos. La verdad desenmascara aspectos desgraciados de los personajes y deja al descubierto el irreparable dolor por las debilidades propias y ajenas. Aquellos sintomas que retrataba GOROSTIZA, han derivado en la enfermedad de nuestros dias. Y, todavia, seguimos haciendonos las mismas preguntas sin darnos cuenta que el destino de la humanidad lo construimos cada uno de nosotros en cada acto de nuestro diario vivir. El fantasma de la bomba nuclear, ahora parece estar silenciado por la aparente inexistencia de dos poderes enfrentados. Pero las actitudes que asumen los personajes frente a su entorno mas cercano, parecen tener una cruda identificacion con la carencia de valores de la que tanto se habla en el inicio del tercer milenio."