Gesto Mínimo

"¡Pasen y observen con sus propios ojos, señores espectadores! ¡No sean tímidos! ¡Vean la fauna humana, el zoológico antropomórfico! ¡Un espectáculo demoledor, tremebundo! ¡El ser humano contemplando al ser humano! ¡Si no fuese grotesco, sería deprimente! ¡Abríguense en sus butacas, y teman por sus cerebros! ¡Porque en la próxima hora vamos a desnudar el rostro humano! ¡Intentar descubrir si hay una esencia detrás de la apariencia! ¡¿Cuándo arranca la ficción?! ¡Ahora mismo, señores! ¡No se la pierdan! ¡Quizás nunca salimos de ella! ¡Pasen y vean! ¡La gran jaula del hombre! ¡¿Cuándo arrancó el simulacro, la huida de la realidad?! ¡Una multitud de hombres y mujeres fumando tabaco en sus elegantes boquillas! ¡Homo Sapiens-sapiens espléndidos! ¡Últimos ejemplares de esta especie en extinción! ¡¿Qué se esconde detrás de ese gesto impávido, rígido?! ¡¿Hay algo detrás de la máscara?! ¡Pronto lo sabremos! ¡No se lo pierdan! Cualquier similitud con la realidad es pura decadencia."

¿Cuál es el gesto mínimo necesario para crear una ficción?

La obra "Gesto Mínimo" propone un experimento teatral a partir de la convocatoria de 10 no-actores, los cuales intentarán crear ficciones desde sus propios gestos cotidianos. Transitar el pasaje entre su gestualidad habitual a una gestualidad más artificiosa, teatral, intentando siempre dejar un espacio abierto para que aparezca lo indeterminado, el vacío.

El punto ciego en el cual toda construcción se vuelve vulnerable.