Ahora

Te busqué por toda la ciudad. Una noche bien oscura. No sé bien por qué, se me ocurrió doblar por una calle que no conocía. Una calle con niebla. Vi a un hombre en la esquina. Un hombre con un impermeable. Me preguntó si me pasaba algo. Se dio cuenta de que yo tenía una curita sobre mi ceja derecha. Perdí el rumbo, eso fue lo que me pasó. Un día, de tanto caminar, perdí el rumbo. Empecé a deambular en círculos. A adentrarme en barios que no conocía. Eso es muy peligroso en esta ciudad. Nunca lo hagan. Porque uno no sabe con quién se puede llegar a encontrar. Porque todo espectador es siempre un cobarde o un traidor.


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