Cero

una mujer decidida a no sufrir más crea su propia puesta en escena amorosa: contrata a un hombre. En un lenguaje de exploración de la interioridad, el texto muestra la circulación de los deseos obturados en el circuito del dinero y del miedo, donde los sujetos se vacían para ser puro cuerpo. La puesta en escena de Ita Scaramuzza trabaja sobre el texto proponiendo un ritual fragmentado, un espejo despedazado donde los personajes no logran reconocerse, donde el amor termina siendo el eterno expulsado.
1 Histórico de funciones